Nuestro
Padre nos hizo a su imagen y semejanza, pero nosotros los seres humanos hemos
distanciado bastante la realidad de nuestro cuerpo de esa ideal imagen suya conque
Él nos creó. Mal utilizando nuestro libre albedrío también al comer, estamos
bien lejos de reflejar una imagen de mesura y disciplina. Si el primer hombre
pecó al desobedecerlo, por comer la fruta prohibida en el huerto del Edén,
nosotros como peces irracionales vamos mordiendo el anzuelo a diestra y
siniestra y perdemos, si no la salvación, al menos la vida por un buen plato de
chuletas asadas con papas, o cualquier chuchería con envase atractivo y sabor
dulce.
Le echamos
la culpa a los ricos guisos de la abuela, a los anuncios de la TV, al estrés,
al poco tiempo que tenemos y si pasamos los cuarenta, decimos que lucimos mejor
con unas libritas de más, - léanse Kilogramos-. ¿Se han dado cuenta que es bastante
raro encontrar un animal obeso? Ellos parecen tener más sentido común y conocer
el momento preciso de retirarse. Nosotros sin embargo a veces tenemos el lema de
vivir para comer y olvidamos que hay que comer solo lo necesario para vivir.
Como somos
ahorrativos para comer frutas, hacer ejercicio, beber agua y dormir lo
necesario; nos desquitamos entonces en abundancia con las comidas rápidas,
cárnicos procesados, refrescos, helados, y alimentos cargados de azúcar o
edulcorantes, grasas y preservantes, que nos intoxican y nos impiden disfrutar
nuestra edad con más salud y mejor figura.
Si a un
buen comilón se le dice que come más con los ojos que con la boca, en realidad
no somos justos, pues a fin de cuentas también nosotros a veces comemos, no
solo con los ojos, sino con boca, nariz, orejas y a mano limpia. ¿No es cierto
que reconocemos la mala calidad de una ropa recientemente comprada y lavada
cuando no cabemos en ella? Es fácil comprar nuestra ropa. Las tallas XXXXXXXXL
se hacen en cantidades suficientes ahora.
Cuidemos no
pasar por alto un turno de alimentación pues nuestro metabolismo se aloca:
¿Se le habrá olvidado que existimos? ¿Regresamos a Cuba? ¿Estará en huelga de hambre y no nos avisó? ¡Bueno, almacenemos entonces por si viene un ciclón y aprovechemos hasta el mugido!
Ahí es
cuando baja el metabolismo, almacenamos cada gota de grasa en nuestras vísceras
y se obstruyen las arterias.
Cuidado con
las dietas amigos. Si queremos bajar de peso hagamos un plan equilibrado. Es mejor
comer sano, poco y despacio para dar tiempo a que el apetito cese, antes de preparar
con rapidez un segundo plato o hacer drásticos ayunos que nos descontrolan el
metabolismo.
Como guerreros
cercados por las consecuencias del sobrepeso; organicemos nuestra alimentación
rigurosamente en horarios fijos, en pequeñas porciones y despacio. El Señor y nuestra
familia nos necesitan saludables. No serán las instituciones quienes devuelvan nuestra
salud, cuando la hayamos perdido sin remedio por no cuidarla.
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